11 de febrero de 2012

A nuestros hermanos griegos


Imágenes tomadas desde uno de los barcos que cada día llegan a la isla de Thassos, al norte del Egeo.

Grecia sufre hoy la crueldad fría y calculadora del poder: la vida reducida a números por los gobernantes del dinero en una extraña perversión pitagórica del neoliberalismo que considera a los seres humanos piezas del mecanismo de la rentabilidad. Todas las mal llamadas 'soluciones' pasan en estos días por pisotear a los ciudadanos, quitarles bienes y derechos para dejarlos en manos de entidades financieras que, según nos dicen, necesitan ser "saneadas". Son esos entes aberrantes del capitalismo los que han creado los problemas, todos lo sabemos, y ahora pretenden que se les otorgue más poder y más beneficio con la complicidad de nuestros gobiernos, ignorantes, incapaces, cobardes, mezquinos, canallas... Nos vencen con las únicas armas que les han resultado eficaces desde antiguo a los poderosos: el miedo y la culpa, cargas injustas sobre los más débiles.

Pero la vida es mucho más que toda esta mediocridad truculenta. He viajado a Grecia en varias ocasiones, y siento de corazón esa hermandad que ahora reivindico y proclamo. No me cegará ninguna tecnocracia. Además, nuestra solidaridad es inevitable: vienen también a por nosotros. "España no es como Grecia", nos repiten hasta el hartazgo como una lección que tuviéramos que aprendernos de memoria. Y el miedo nos hace frágiles ante la hipnosis de esos mantras calculados. ¡Pues claro que España es como Grecia! ¡Y a mucha honra! Sus gobernantes parecen diferir ocasionalmente en algunos matices, en algunas artimañas contables bendecidas por una humillada y decadente democracia. Pero a la vista está, mucho más a la vista de lo que parece, quiénes son las víctimas y quiénes los verdugos. Y me temo que las fronteras geopolíticas son insignificantes en esta operación globalizada de golpes de estado.

Un abrazo, pues, desde el corazón a nuestros hermanos griegos. La tercera persona del plural no es acertada en este caso. 'Ellos' son los banqueros, los tecnócratas, los liberales, las marionetas de los gobiernos. Nosotros, griegos o españoles, somos 'Δεμοσ', 'Demos', el Pueblo. Y desde esta alma común compartimos la vida verdadera, siempre incontable.

"Como una mujer, la noche da a luz a la mañana en la tierra. Todo se convierte en vida. Cual vieja arca, a través de las galerías del tiempo, va dando a luz algunas respiraciones. ¡Dinata, dinata! ¡Es posible! Todo lo imposible se convierte en posible..."
Ελευθερία Αρβανιτάκη - Δυνατά (Eleftheria Arvanitaki - Dinata)

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