24 de febrero de 2014

Las redes del pensar

agua

Los pensamientos son mecanismos, artificios de la mente para definir y controlar aquello que consideramos como realidad, para intentar dominar vanamente el discurso de la vida. Son redes, estructuras, estanterías, edificios con estancias en las que intentamos confinar las vivencias y el aprendizaje.

Una red puede contener tan solo objetos, formas, quizás peces vivos, pero no puede de ninguna manera atrapar el movimiento libre, inefable, del agua. La vida no se deja encerrar en ninguna cuadrícula, en ningún tejido. No adquiere jamás solidez ni permanencia, es pura transformación, es decir, transgresión de las formas, aunque juegue ocasionalmente a expresarse en el espacio y en el tiempo.

Asisto perplejo a estrategias, intrincados razonamientos para alcanzar metas, para conseguir cosas, para dirigir los pasos del futuro hacia los intereses egocéntricos de cada persona, siempre atrapada en sus propios miedos. El pensamiento es útil para las acciones de la vida cotidiana, para regresar a casa, para ejecutar un trabajo, para utilizar lenguajes. Pero los pensamientos no son Inteligencia. Son objetos condicionados por las experiencias vividas, títeres del pasado. Y todo intento de dirigir con ellos el devenir se mueve necesariamente en el ámbito de lo ilusorio, es inútil, mediocre, cobarde, absurdo.

¡Cuánta verdad descubrimos cuando la mente calla! ¡Cuánto aprendizaje real encontramos más allá del silencio! Nuestra única oportunidad para la plenitud, para la felicidad, consiste precisamente en abrir los sentidos y la mente hasta disolverlos, liberarlos, en el agua de la vida. Observar, comprender (que no es lo mismo que pensar), vivir sin prejuicio, aceptar la naturaleza del cambio, la imposibilidad de la permanencia. Aceptar con humildad la mezquindad de nuestra mente pensante. Cuando no lo hacemos, las equivocaciones nos conducen necesariamente por la senda del sufrimiento. Del error al dolor, del dolor al aprendizaje, y del aprendizaje a la posibilidad de evitar futuros errores...


Jiddu Krishnamurti: "El acto de observar y la transformación de la mente"

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